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EL RINCÓN DEL PENSAMIENTO

Bienvenidos a mi rincón del pensamiento. Un blog que busca atraparte con sus palabras. Cada pensamiento le ha dado sentido a mi vida. Me encanta tener la oportunidad de compartir mis pasiones y sentimientos con cada uno de ustedes. Sigue leyendo, ¡y disfruta!

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EL CONFINAMIENTO Y SUS CONSECUENCIAS

Actualizado: 22 feb 2021

Después de un forzoso confinamiento a finales de marzo llevamos más de 100 días en casa los cuales han dejado aprendizaje en diferentes ámbitos, cada etapa de la pandemia en México ha dejado mucho de qué hablar ya que sumado a la situación política actual del país nos encontramos en un momento histórico nunca vivido en nuestra tierra mexicana, situación por la cual se han desprendido una serie de consecuencias sociales y económicas afectando seriamente no solo la desigualdad social, la distribución de recursos e incluso el llegar a pensar que la interrelación entre la salud, la educación y la falta de ingresos sean determinantes en el impacto del COVID-19, aunado a esto nos encontramos con un factor importante que se suscitará a lo largo de estos días siendo una de las consecuencias mas fuertes que nos deje el aislamiento: la llamada “Fiebre de la cabaña” o “Síndrome de la cabaña” que empezó a mencionarse a comienzos del siglo XX en Estados Unidos para describir un tipo de estado mental causado por meses de aislamiento, soledad y aburrimiento, debidos a los largos e intensos inviernos.


Nos referimos a la “Fiebre de la cabaña” cuando experimentamos miedo por salir a la calle, miedo a contactar con otras personas, temor a realizar actividades que antes eran cotidianas como trabajar fuera de casa, tomar medios de transporte público, entre otras. Es importante remarcar que no se trata de un trastorno psicológico, por lo que no hay definición oficial sobre ello. Hay antecedentes de su existencia en personas que han desarrollado el síndrome debido a un aislamiento por la guerra, estando en refugios o en submarinos e incluso los astronautas también llegan a padecerlo, por lo cual hablamos de una consecuencia conocida, o incluso podría verse como “natural”, al hecho de pasar tanto tiempo confinados y sentirte seguro en ese lugar.


Es el mismo caso que vivimos hoy en día y al cual debemos de poner atención para poder en su momento enfrentarlo y saber el porqué nos sentimos de una u otra forma, es posible que, aunque aún no sea tiempo de salir a una vida normal, en algún momento lo será, sin embargo, en lo que eso sucede algunos tenemos que salir a abastecernos de víveres, así como otros tienen que salir a trabajar y/o atender sus negocios, seguramente muchos seguirán las reglas de sanidad establecidas de manera extrema y otros a la ligera a pesar de ello podemos llegar a generar los síntomas de la “Fiebre de la cabaña”, pues aunque conozcamos que hay una probabilidad de un 30% de salir sin estar en peligro por seguir todas las reglas de higiene y respetar a tu prójimo, al estar en tu área de seguridad y confort nada de esto te motivará a salir de casa.

Vivimos en una disyuntiva de cuál es la realidad, bombardeados de noticias falsas y otras verdaderas, números alterados y en algunos casos inciertos, más las vivencias de la gente cercana: enfermos, vivos, muertos… casos que al ser parte de nuestro círculo generan credibilidad de las condiciones a las que nos enfrentamos, haciendo de todo esto en conjunto una maraña de ideas que invaden nuestra cabeza, por la que evitamos salir, provocando esa falsa sensación del “Síndrome de la cabaña” siendo únicamente miedo al contagio, mismo que en algún momento deberemos de afrontar. Sin embargo, podemos reconocer algunos de los síntomas de la fiebre como: posibles alteraciones en los patrones de sueño, a nivel cognitivo; dificultad para la concentración y déficitis de memoria, a nivel emocional; tener sensación de nerviosismo, síntomas depresivos y ansiosos, sensación de desasosiego y enjaulamiento, frustración, angustia y temor, podría aparecer la falta de motivación, gran esfuerzo para realizar tareas cotidianas -sobre todo que impliquen salir al exterior- y por último, excesivo miedo a salir, retomar la rutina y relaciones sociales.

Podríamos preocuparnos al darnos cuenta de que tenemos varios de estos síntomas, incluso muchos podrían agarrase de esto para sugerir salir de inmediato a reavivar la sociedad o la economía cuando aún es posible que no estemos ni en el pico de contagio, pero esto no es un caso perdido, todo tiene solución por lo que si empezamos a tener alguno de estos síntomas debemos de cambiar nuestros hábitos y nuestro día a día, eso no significa que debemos de salir a la calle corriendo para no tener el síndrome, pero si, que debemos de ocuparnos de nosotros mismos, algunas formas de hacerlo según los expertos en el tema podrían ser las siguientes:

  • Diseñar una rutina con el fin de evitar demasiado tiempo inactivos

  • Realizar ejercicio físico

  • Mantener contacto social por medio de las redes sociales

  • Transmitir como nos sentimos a otros, no invalidar las emociones negativas

  • Ir retomando de manera progresiva las actividades de la vida cotidiana, de forma que empecemos a exponernos primero a aquellas situaciones que nos generan menor ansiedad hasta habituarnos

  • Buscar apoyo profesional si es necesario

Cabe mencionar que hay que saber diferenciar entre el miedo al contagio por las experiencias cercanas y la "Fiebre de la cabaña” antes de sentirnos agobiados por el tema, escucha tu cuerpo y enfrenta cualquier situación que ocurra dentro de él porque esto aún no termina, pero si ponemos de nuestra parte seguramente tendremos buenos y prontos resultados.

“Todo va a estar bien al final, si no está bien, entonces no es el final”,

Ed Sheeran.



Publicado en la revista Ciudad Ideal https://www.idealciudad.org




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